Thamara López | Escritora

Recupera tu mente Reconquista Tu Vida: Consejos de Marian Rojas Estapé para Mejorar tu Salud Mental

En un mundo donde la atención está constantemente fragmentada por notificaciones y distracciones digitales, el libro «Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida» de Marian Rojas Estapé se presenta como una guía esencial para quienes desean recuperar el control de su mente y mejorar su calidad de vida.  Este libro no solo ofrece una comprensión profunda de cómo funciona nuestro cerebro en la era digital, sino que también proporciona herramientas prácticas para mejorar nuestros niveles de atención y construir hábitos de vida saludables. 1. Comprende el Papel de la Dopamina en tu Vida Diaria En «Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida«, Marian Rojas Estapé explica que la dopamina, conocida como la «hormona del placer», desempeña un papel central en nuestra búsqueda de gratificación instantánea.  Vivimos en una sociedad donde el acceso a estímulos inmediatos, como las redes sociales o los videojuegos, ha alterado nuestro equilibrio dopaminérgico, dificultando nuestra capacidad de concentrarnos en tareas más prolongadas y significativas.  Rojas Estapé sugiere realizar «ayunos de dopamina» para resetear nuestro cerebro. Esto implica reducir la exposición a estímulos que buscan recompensas inmediatas, como evitar el uso excesivo de pantallas, lo que ayuda a restaurar nuestra capacidad de disfrutar de actividades que requieren mayor atención y tiempo. 2. Encuentra el ‘Flow’ en tus Actividades Diarias Marian Rojas Estapé también destaca la importancia de alcanzar el estado de «flow», un concepto desarrollado por el psicólogo Mihály Csikszentmihalyi. En su libro, Rojas Estapé recomienda que para mejorar nuestra capacidad de atención, debemos involucrarnos en actividades que nos apasionen y que nos permitan entrar en este estado de flujo.  El «flow» es un estado en el que estamos tan inmersos en una actividad que perdemos la noción del tiempo, lo que mejora nuestra concentración y nos brinda una profunda sensación de satisfacción.  Para lograr esto, es crucial encontrar tareas que nos desafíen lo suficiente para mantenernos interesados, pero que también se alineen con nuestras habilidades​. 3. Acepta el Dolor como Parte del Crecimiento Personal En «Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida«, Marian Rojas aborda el concepto de aceptar pequeñas dosis de dolor o incomodidad como una forma de fortalecer nuestra resiliencia mental y emocional.  Esta práctica incluye soportar ciertas incomodidades sin recurrir inmediatamente a soluciones rápidas, como analgésicos o ansiolíticos, para aprender a lidiar con el malestar.  Este enfoque nos enseña a ser más tolerantes a la incomodidad y a desarrollar una mayor capacidad para mantener la atención en situaciones desafiantes, un aspecto esencial para cualquier persona que desee mejorar su enfoque y concentración​. 4. Integra el Ejercicio Físico en tu Rutina Diaria El ejercicio físico regular es una recomendación clave en el libro de Marian Rojas Estapé. Ella explica que el movimiento no solo beneficia al cuerpo, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental. Estudios citados en su libro demuestran que el ejercicio físico mejora la memoria, aumenta la creatividad y la capacidad de resolución de problemas, y ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, lo que, a su vez, mejora nuestra capacidad de concentración y atención. Marian anima a los lectores a incorporar alguna forma de actividad física en su rutina diaria para mantener en bienestar pleno, tanto el cuerpo como la mente. 5. Organiza tus Pensamientos y Establece Metas Claras Otra herramienta importante que Marian Rojas Estapé sugiere en «Recupera tu Mente, Reconquista tu Vida» es la organización mental. Ella enfatiza que una mente ordenada conduce a una vida ordenada.  Reflexionar sobre nuestras metas, prioridades y valores personales es esencial para mantenernos enfocados en lo que realmente importa. Al tener claridad sobre nuestras prioridades, podemos dirigir nuestra energía y atención hacia actividades que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos, evitando distracciones innecesarias que drenan nuestro tiempo y recursos​. 6. Practica la Atención Plena para Mantenerte Enfocado Marian Rojas Estapé también resalta la importancia de la práctica de la atención plena, o mindfulness, como una herramienta poderosa para mejorar la concentración y reducir la ansiedad. En su libro, ella sugiere técnicas como la meditación y la respiración consciente para ayudar a los lectores a mantenerse presentes en el momento y mejorar su capacidad de atención. La atención plena nos permite ser más conscientes de nuestros pensamientos y emociones, lo que nos ayuda a gestionar mejor nuestras reacciones ante situaciones estresantes y a mantener un enfoque claro en nuestras metas. Recuperar tu Mente, y mejorar tus niveles de atención harán un cambio notorio y favorable en tu vida.  Los recursos, el tiempo y la fuerza de voluntad son limitadas, por tanto debemos hacer buen uso de ellos.  Este libro de Marian Rojas, ofrece una hoja de ruta clara y efectiva para aquellos que buscan mejorar su salud mental y emocional en un mundo lleno de distracciones.  A través de estrategias como la gestión de la dopamina, la búsqueda del estado de flow, la aceptación del dolor, el ejercicio físico, la organización mental y la práctica de la atención plena, los lectores pueden aprender a recuperar su atención y construir hábitos de vida más saludables.  Recuerda que “nosotros construimos nuestros hábitos y luego nuestros hábitos nos construyen a nosotros”.

La autoridad que da la experiencia

No hay mayor autoridad que la que nos da la experiencia. Mis mayores mentores de vida, las personas que más me han inspirado, no son aquellos que más cursos han hecho o que más libros se han leído. Son seres humanos que pasaron por experiencias que transformaron sus vidas, al punto de convertir esas tragedias, en la razón de sus propósitos de vida.  En mi caso, haber pasado por un diagnóstico de cáncer, fue en esencia una bendición. De no haber pasado por ahí, yo no sabría hoy el poder que yace en mi interior y la capacidad indudable que tiene mi cuerpo de autorepararse.  Haber pasado por esa experiencia no solo me llenó de empatía, sino de herramientas que hoy comparto como healing coach (coach de sanación). Tony Robbins, es un orador motivacional creador de un imperio empresarial, el coach de vida más reconocido a nivel mundial, escritor, conferencista, y experto en PNL entre otras cosas. Tony ha impactado a millones de personas con sus eventos presenciales, sus eventos virtuales y sus libros. Pero sus inicios no fueron en lo absoluto fáciles. Tuvo una infancia que fue una pesadilla, una madre drogadicta y alcohólica que lo maltrató cruelmente, que le hacía comer jabón hasta vomitar cuando decía algo que ella no quería escuchar. Y eso, lo hizo interesarse en la psicología humana, como mecanismo de supervivencia. He oído a Tony Robbins varias veces decir “si yo hubiese tenido a la madre que yo habría querido, no sería el hombre que soy hoy”. Su grandeza y su autoridad no provienen de una carrera universitaria, ni de un libro, sino de la experiencia. Otro muy buen ejemplo es el Dr Joe Dispenza, no hay libros, cursos, ni seminarios que hubiesen hecho posible que Joe Dispenza transformara las vidas que ha tocado. Solo el hecho de haber estado al borde de la muerte y de la invalidez lo hizo. Solo su deseo fehaciente de volver caminar, con la terquedad de lograrlo a partir de la reprogramación de su mente, ignorando completamente las recomendaciones de toda una junta médica muy calificada. Los médicos le dijeron, “si no te operas, jamás volverás a caminar, y si lo haces, es posible que lo logres”. Joe Dispenza, decidió no operarse, y volvió a caminar, ¿qué mayor autoridad que esa? Los reveses de la vida son de hecho una bendición, son el inicio de la transformación que necesitamos para crecer, y brillar con la mejor versión de nosotros mismos. Mario Alonso Puig dice “todo ser humano está llamado a la grandeza”, esa grandeza no se alcanza con una vida sin  desafíos. “¡Ningún mar en calma hizo experto a un marinero!” La autoridad de la experiencia es dolorosa, desafiante, por instantes nos hace querer renunciar, vemos esa cuesta tan empinada que queremos tirar la toalla. Pero recuerda, si quieres tirar la toalla que sea en la playa, y si de verdad deseas alcanzar la grandeza, bendice los desafíos, y agradece y disfruta el proceso. Cambia el ¿por qué a mí? por un ¿para qué me está ocurriendo esto?, ¿qué hay de bueno en esta situación que yo no he visto aún? Tony Robbins dice que la calidad de nuestras vidas depende de la calidad de nuestras preguntas. Hazte la pregunta correcta, reflexiona, escribe tus pensamientos, y recuerda esto: Pensamiento = Emoción = Acción = RESULTADOS La zona de confort con el tiempo se convierte en la zona más incómoda de todas, enamórate de los desafíos de la vida, la magia nunca ocurre en lo conocido.

Si quieres tener paz, prepárate para la guerra

En ocasiones en una armonía aparente, hay mucha guerra subyacente. Esta frase de un militar romano «si quieres tener paz, prepárate para la guerra«, no es una invitación a la confrontación, al contrario, es tener claro el camino y saber que esperar. Si quieres tener paz, prepárate la guerra, se refiere en el entorno relacional y de la vida misma, a la guerra que representan las conversaciones difíciles, los límites energéticos, y los espacios sanos que debemos defender. Se refiere a los aspectos no negociables que hay que poner sobre la mesa con las personas que forman parte importante de nuestras vidas. Hay calmas muy costosas en aras de mantener la armonía, en ocasiones hay un profundo sufrimiento y mucha implosión enfermiza. De esa ira contenida intentando procurar la paz, brotan las enfermedades incluso mortales. Esas personas que viven aguantando, callando y silenciando lo que sienten para no incomodar o contrariar a otros, pagan en sus propios cuerpos las consecuencias.  A veces también lo pagan en sus propias mentes, y eso es lo más difícil de recuperar, la salud y la paz mental. Hay una línea muy delgada entre el ejercicio de la prudencia y el ejercicio vital de establecer límites. Los límites relacionales y especialmente los límites energéticos son vitales. La armonía debe ser un intercambio de voluntades en un entorno saludable, como un medio de mantener la paz y el acuerdo entre los seres humanos, con sus días buenos y con sus días malos. No un sacrificio unilateral, una sola persona cediendo, dando, tolerando, callando y sufriendo, con un vampiro energético al lado, eso no se llama prudencia, eso se llama estupidez. Y no me refiero al 50/50 del que tanto se habla, porque en la vida relacional no se despeja igual la “X” que en las matemáticas. Habrá un día en el que por ejemplo, en mi relación con mi hija, yo ponga el 80% y ella el 20%. Es realmente la excepción, generalmente hay un balance, y si no lo hay, es ella la que impone y en quien impera casi siempre la serenidad y la calma para sostener una relación que nos hace tanto bien a las dos.  En este ejemplo, el amor está por encima de todo, y el deseo de no lastimarnos está siempre ahí presente. Pero en otras relaciones las cosas no son tan sencillas, y es allí, donde generalmente, hay una persona que se sacrifica permanente.    De ese agotamiento hay mucho cáncer como secuela, en sentido figurado, y muy lamentablemente en sentido literal. Lo veo a diario en los comentarios que me dejan en mis publicaciones sobre este tema. Lo he visto infinitas veces en las sesiones de coaching de sanación que doy, veo a personas nobles y bonitas que me dicen “Thamara, no puedo hablarle así a mi mamá”. Y por no “poder” ponerle un freno a una madre llena de juicios o de negatividad, esas personas permanecen en entornos enfermizos.  En estas situaciones nadie gana, ni siquiera el insoportable que tiene la suerte inmerecida de tener quien se lo aguante, con sus arrebatos y su nula inteligencia emocional. Y mucho menos los que padecen silentes en un ejercicio torpe de tolerancia extrema y nociva, que los socava día a día.  Lo que siempre les digo, esos que van por la vida con su “Yo soy así”, yo a esa gente la mando al carajo sin contemplaciones, les he perdido la tolerancia y especialmente la Fe. Si ellos mismos presumen de su incapacidad de cambiar ¿por qué habría yo de creer entonces que sí lo harán? No tolero ni a los “yo soy así”, ni a los “yo te amo a mi manera”, si no me siento amada y valorada, y si » tu manera» no me sirve, no hay forma que yo me quede allí.  Hace un par de meses, corté una amistad de 30 años, me sentí amando y valorando sola, y la verdad nunca me había sentido así, sino hasta que pasó algo relevante para mí, que fue plenamente invalidado por mi amiga. Y ese hecho, absolutamente devastador para mí, y por el cual sufrí en silencio por años, y mi amiga fue de hecho la única causante del mismo, ella lo invalidó y no me otorgó ni un ápice de empatía. Ella intentó (sin éxito) de voltear la tortilla, y sus argumentos fueron tan torpes, que me hizo muy fácil la necesaria despedida.  Pasé 5 años con mi dolor en silencio para no herirla ni afectar nuestra amistad, nos encontrábamos, nos abrazábamos, le decía «te amo», nos reíamos, y aunque eso viniera a mi mente 100 veces en nuestros encuentros, yo no lo mencioné jamás. ¿Ven lo que les digo que sufrir en silencio jamás funciona ni trae nada bueno? Un día, y producto de una reacción muy desagradable que ella tuvo al yo pedirle un favor (por cierto bastante relacionado con el asunto silenciado), yo exploté, y ella tristemente tuvo la peor actitud que yo pude haber imaginado. Me la imaginaba tan diferente al conocer todo lo que yo había guardado en silencio para no herirla. La decepción y la tristeza fueron indescriptibles. La amaba, quizás la amo aún, pero se me hizo tan fácil tomar la decisión, vi con tanta claridad su falta de valoración hacia mí, que me retiré con una paz y una satisfacción que francamente me dejó sorprendida.  Tuve la madurez y la inteligencia emocional de escribirle una carta tan pronto pasó la situación, y me dije, “si dentro de 30 días, sigo pensando igual, se la envío”. No esperé 30 días, sino 2 meses, y pensaba exactamente igual, y se la envié, me sentí elevada y orgullosa de mi proceso y mi progreso.  Poner límites es sano, liberador, necesario y justo para todos, no podemos relacionarnos sin límites sanos y sin acuerdos conversados.  Las conversaciones difíciles nos regalarán una vida más fácil, establecer los aspectos “no negociables” en una relación, es algo no negociable.  Las mujeres somos expertas en… Seguir leyendo Si quieres tener paz, prepárate para la guerra

Venezuela el 28 de Julio si nos dejan ganar

«Si nos dejan ganar» he leído y escuchado esta frase tantas veces y me pregunto, ¿quién en su sano juicio iría a una contienda sabiéndose perdido y sin oportunidad alguna? Es así como muchos venezolanos y extranjeros ven esta apuesta de Maria Corina Machado y Edmundo Gonzalez, atrevida y descocada, una quimera, como dice la pegajosa y jocosa canción venezolana, «El norte es una quimera» Aquí la quimera la sentimos al norte de América del Sur. La RAE define «quimera» como aquello que es cierto solo en la imaginación. Y me pregunto ¿y no fue así que comenzó todo?, en la mente, en el ingenio y en el corazón de los grandes inventores de la historias. Y esos anhelos y visiones del mundo, fueron la causa para que los tildaran de locos. Los locos son aquellos que ven posible lo que a la vista de los demás parece imposible. Yo prefiero llamarlo FE. Hoy Domingo 14 de Julio de 2024, a tan solo dos semanas para las elecciones presidenciales en Venezuela, me confieso en un artículo casi imposible y poco probable. En mi top 3 de temas de conversión y de escritura, vetados por mí, de número uno está la queja, y en el segundo lugar la política, bueno, heme aquí vulnerando mi autocensura y hablando de algo que en ocasiones luce inexorable. La quimera que todos deseamos, el cambio, la bondad que gobierna, el odio que se extingue, los velos que se quitan, la verdad que resplandece, la meritocracia de regreso por la puerta grande, el talento desperdigado por el mundo pisando la obra de Cruz Diez en Maiquetía con ese poco de maletas y de abrazos pausados por años. Cuanta gente queriendo irse, pero son más los que están fuera queriendo regresar, pareciera que tenerlo todo se convierte en nada cuando la mente y el Ser están en tu tierra. Están con tus matas que las dejaste en casa de la vecina, están en tu casa con un tanque atravesado por si acaso se va el agua, con los apagones tan buenos para armar conversaciones familiares con los teléfonos apagados o con los vecinos que casi se alegran cuando se va la luz para salir y echar cuentos un buen rato. Y no, no es como algunos me han dicho de que «eso es resignarse», ser positivo no es negar lo malo, es poner el foco en la solución y en lo que sí puedo controlar. Yo no puedo cambiar la situación eléctrica, pero puedo elegir qué hacer mientras no hay luz, puedo tener una buena conversación, salir a caminar, leer o puedo elegir quejarme del gobierno, siempre será mi elección. No me he resignado a que lo básico parezca un lujo, ni a que ninguna irregularidad parezca lo normal. Pero sí me he acostumbrado a agradecer cosas que antes daba por sentadas. Hace 2 días, estuve en la conferencia del Dr Mario Alonso Puig en Barquisimeto en Venezuela, espectacular, casi 900 personas asistimos. Hice una inmensa cola de más de 300 personas para que me firmara su libro, y regalarle mi libro: Escribir, Soltar, Sanar y dárselo en sus manos. En esa cola larga pero sabrosa de la firma de libros, conocí a Lucresia, a sus hijos, a Andreína, a Emperatriz, y a otras mujeres hermosas, sonrientes que me contaron un pedacito de sus vidas y de sus historias. Con Andreína me reí mucho y nos abrazamos sabroso, me dijo al acercarse «¿Tú eres Thamara verdad? Yo soy tu fan de TikTok«, me reí y la abracé muy fuerte. Luego su amable esposo, al parecer se dio cuenta de la situación, se nos acerca y nos dice «pónganse para tomarles una foto». Qué sabroso esos esposos que se anticipan a los deseos de sus esposas y le regalan esos detalles. Cuando le conté a una de mis nuevas amigas de la cola que soy escritora y que había traído un libro para regalárselo a Mario Alonso, me dijo «pasa tú primero que quiero ver su reacción cuando le entregues tu libro». Ella estaba antes que yo en la fila, y yo que había pensado «¿quién me va a tomar la foto cuando abrace a Mario Alonso? porque yo andaba sola. No solo me tomaron fotos, me hicieron videos, y en el fondo se escuchaban las risas de mis compañeras de fila por mis locuras. Fue magia pura lo que pasó ese día, y aunque no me resto mérito en eso de esperar que todo salga bien, tener siempre la mejor actitud y manifestar milagros, esa vaina no habría sido posible sino solamente en Venezuela. Venezuela es un país que regala risas, amistades hechas en 3 minutos en una cola de un supermercado, intercambio de recetas y consejos matrimoniales, confesiones que solo se harían a una hermana, y solidaridad y bondad de personas que nunca antes habías visto. Esa calidez con gente que no parece desconocida, con gente que te regala sonrisas y amabilidad de una manera que no se ve en el resto del mundo, perdón, pero he viajado y sé que es así, no pedí nacer en Venezuela, solo tuve la dicha de haberlo hecho. ¿Te imaginas a esta Venezuela de calles llenas de gente buena, con un palacio de gobierno también habitado por la bondad? Seguiríamos teniendo al Salto Angel, a los médanos de coro, a las playas tibias de arenas blancas, a Los Roques a las montañas de Mérida, de Cubiro, de Sanare, a los llanos, los ríos, y además teniendo de vuelta lo normal y de salida lo que se ha vuelto común. «Mano tengo Fe» dijo el futbolista venezolano Luis Mago, y de esa frase nos adueñamos todos los venezolanos, no solo para alentar a la Vinotinto, sino con un recordatorio, un estigma de que «aquí nadie se rinde« «El que no cree en milagros no es realista» dijo Audrey Hepburn, frase que digo con bastante frecuencia y está tatuada en mi ser. No solo creo en milagros, sino que los… Seguir leyendo Venezuela el 28 de Julio si nos dejan ganar

La sanación y el crecimiento personal

La sanación y el crecimiento personal son buenos amigos. En ocasiones la sanación precede al crecimiento personal, y algunas veces ocurre al contrario. Pero siempre se complementan. El crecimiento personal no es algo que se alcanza o a lo que se llega. Es un camino como la vida misma, con tropiezos, con baches, con retos, con renuncias y nuevos comienzos.  Es un camino sin fin, en mi versión personal de la célebre frase de Sócrates “yo sólo sé que no sé nada”, es saber que cada vez sé menos y eso en ocasiones es un tanto abrumador.  No recuerdo el día en el que comencé a leer, solo recuerdo claramente que no me gustaba hacerlo, y que lo único que leí durante décadas, fue el diccionario.  A los 8 años agarré por primera vez un diccionario, y me enamoré del vocabulario, de saber como podía decir lo mismo de diferentes formas. Recuerdo a mi Tío Efrén, quien me animó a leerlo decirme «sobrina, el único profesor que no se pondrá bravo si le preguntas muchas veces lo mismo, es el diccionario». Mi amor por el diccionario sin duda me ha servido muchísimo en mi pasión por escribir. La escritura me salva en los días en donde a mi mente inquieta no le basta con pensar, o hablar, sino que necesita servirse de las letras para ordenarse. Es una especie de autoterapia. Mi amor por la escritura también fue un gran estímulo para comenzar a leer, porque primero me enamoré de la escritura que de la lectura. No me parecía coherente que una escritora no leyera, y aunque parece un orden invertido, fue el mío. El crecimiento personal y la sanación, en mi caso, han estado tomados de la mano, como una especie de enamorados eternos. Mi robusta Fe y mi despertar del alma, me hicieron reconocer un poder interior que me sanó de un cáncer milagrosamente en 90 días.  Hoy, parte de lo que hago con mis días, y con mi energía, es inspirar a las personas a reconocer algo que yace dentro de ellas, y que solo está dormido, el poder de la autosanación. Yo solo paso a recordarles algo que ya saben. El aprendizaje entra por repetición, este mensaje me lo recuerdo a diario, y se lo recuerdo a quienes me leen y encuentran en mis letras, Dios permita que así sea, una fuente de inspiración y motivación para conquistar su sanación plena.  Las personas sanas tenemos un montón de sueños, pero las personas enfermas solo tienen uno, sanar. Así que le dedico un buen espacio de mi vida y de mis letras a este tema porque lo primero para alcanzar nuestros sueños, y ser felices, es estar plenamente sanos.  La alianza perfecta entre el camino del crecimiento personal y la sanación tiene muchas aristas, imagina tu crecimiento personal como una especie de filtro.  Imagina que estás colando un café, en el filtro de la cafetera se queda lo que no quieres, lo que no te vas tomar, la borra del café. Lo mismo pasa cuando crecemos y nos desarrollamos como personas.  Hay personas que se van quedando en el camino, que no nos acompañan en la evolución, que de momento parecieran estar hablando en un idioma desconocido, y no hay nada que nos una más a ellas. Personas a quienes podríamos decirles «permíteme presentarme nuevamente». Ese filtro, ese “decantar” de la vida cuando nos vamos despertando, va transformando y depurando el entorno, y se queda solo aquello que resuena con nuestros nuevos intereses y nuestra nueva vida.  Esa depuración relacional, es parte fundamental y estructural de la sanación. En mi caso, cuando aquel diagnóstico, fue lo primero que hice, alejarme de muchos y refugiarme en mi Fe, mi paz y mi tranquilidad. He atendido en sesiones individuales de sanación a personas que se encuentran atascadas en un malestar de salud, algunos muy graves, como un cáncer en etapa (mal llamada por la medicina tradicional) “terminal”. Me resulta tan molesto y lamentable que quienes deberían dar pronósticos de esperanza, den diagnósticos de muerte. En todos los casos, el 100% de esos casos, son personas que me han manifestado que están en entornos complicados, y no tienen la determinación (y ellos piensan que tampoco la capacidad) de limpiar ese entorno en pro de su sanación.  A mi se me hace muy difícil comprender ese comportamiento, les digo “de eso depende tu sanación”, y aún así me responden cosas como “es que mi abuelita está muy mayor”, como excusa para no alejarse de una abuela negativa que a diario le recuerda que se va a morir.  Alguien me dijo hace poco “me he leído demasiados libros de autoayuda”, fue su respuesta para no tomar una recomendación de leer un libro.  Le dije, “no importa la cantidad de libros que leas, lo que importa es la cantidad de páginas que hayas aplicado en tu vida”. Tú puedes asistir a terapias de sanación, puedes irte a meditar a La India, hacer yoga, etc, pero si no cuidas tus emociones, sino preservas tu ambiente emocional, y tu entorno relacional, será como acelerar un carro con el freno de mano puesto. Si estás leyendo esto, no tengo dudas que has comenzado el hermoso, irreversible e interminable camino del crecimiento y del desarrollo personal. Honra tu proceso, el tiempo que le dedicas, los libros que lees, las terapias a las que asistes, los cursos que has hecho, y cuida con celo todo lo que te rodea: espacio físico, personas, lo que dices, lo que te dices, lo que piensas, y muy especialmente lo que escuchas.  Ghandi decía “Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino». Otra frase célebre de Ghandi “si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo”. No esperes que tu mamá, tus hermanos, tu cónyuge, tus amigos, etc, cambien, eso no depende de ti y generalmente no ocurre. El estoico Ciro dijo, “si quieres… Seguir leyendo La sanación y el crecimiento personal

Una musa mal vestida 

Quien diría que la falta de inspiración ha inspirado este artículo. El lado malo de lo auténtico, de lo que fluye, es que parece estar reñido con la disciplina, la estructura y la constancia. Así que escribir por inspiración, tiene esencia pero no estructura ni orden alguno. Al menos en mi experiencia como escritora, escribir por escribir, como un acto disciplinado que hay que hacerlo cuando “toca”, no se me da. Siento que mis letras carecen de corazón cuando escribo sin inspiración.  El romance no da dinero, eso dicen, y a veces yo también lo creo, pero el disfrute del camino también es muy rentable para el alma.  He leído de escritores, como Isabel Allende por ejemplo, quien cada 8 de Enero se sienta frente a su computador a escribir una nueva novela, yo admiro profundamente esas historias, y hasta he flirteado con la idea de emularlas. También he leído que Julio Cortázar tardó 10 años en escribir su obra más célebre, así que en materia de tiempos y rigores, no han escrito los autores. Encontrar mi propia forma de hacer las cosas me está tomando toda la vida, y eso me gusta, porque eso me da libertad y el permiso de cambiar, de crecer, de evolucionar, y de jamás casarme con la frase “yo soy así”. Cambiar de opinión, eso sí se me da bien. Parafraseando algo que leí hace años, “si me conoces desde hace muchos años, permíteme presentarme de nuevo”. Es una metáfora que expresa con suma claridad la evolución a la que deberíamos estar todos obligados a experimentar.  Porque eso de quedarnos estacionados, es muy aburrido. Yo no quiero experimentar el lamento común antes de morir, «arrepentirme de lo que no hice». Prefiero pedir perdón que pedir permiso, y esto lo hago desde los 12 años que le pedía perdón a mi mamá por robarle el carro.   Todo lo que se detiene, no se usa, o se estanca termina perdiéndose, o dañándose. Cuando salgo de viajes y dejo mi casa sola y cerrada, al llegar encuentro varias cosas dañadas, así pasa con nuestras capacidades. Hay una frase en inglés que dice “use it or lose it”, que significa  “usarlo o perderlo”, es un término muy usado en neurociencia para señalar que cuando dejamos de usar algunas funciones de nuestro cerebro, las vamos perdiendo.  La incomodidad de lo desconocido es terreno fértil para el crecimiento y la expansión. y en ocasiones la zona de confort termina siendo la más incómoda de todas, y al mismo tiempo el lugar de donde más nos cuesta salir. Como la historia de la rana que salta al caer en agua hirviendo, mientras que a otra rana que la colocan dentro de la olla mientras se calienta lentamente el agua, se queda ahí y sin darse cuenta muere lentamente.   ¡Morimos lentamente cuando no crecemos! En una ocasión, me hice un estudio cerebral, y el médico me dijo que tenía una actividad cerebral muy acelerada, por eso siento que a veces concateno ideas de manera muy acelerada y que a la vista de la mayoría podrían no tener relación. Salto de un punto al otro y pienso que solo en mi mente eso tiene un hilo conductor. Algún día contaré las cosas que le hicieron a mi cerebro desde que nací, es mi segundo libro de hecho, y tengo tanto miedo de contar eso, pero es justamente ese miedo lo que me dice que tengo que hacerlo. Así que lo haré con miedo y todo. Esas cosas que la medicina tradicional de los años 70’s, le hicieron a mi cerebro de bebé, podría ser la explicación de tantas cosas en mi vida, de esa manera particular de ver las cosas, de vivir y de existir. Al final creo que terminaré agradeciendo la ignorancia médica de la época. Y seguramente eso explica que instintivamente, rechace a la medicina tradicional, y siempre elija seguir mi intuición en lugar de un récipe con bata blanca. Este artículo es una prueba de ello, comencé hablando de que lo genuino, la esencia y lo que fluye pareciera estar peleado con la disciplina, y di un salto súbito a otros temas.  Así ha estado mi mente en las últimas semanas, escribo y la narrativa y el tema dan un salto cuántico y yo decido cerrar la laptop y no publicar mis ideas. Sintiéndome hasta incómoda con mis letras, como cuando uno sale a la calle con un niño malcriado. Hoy, Domingo 23 de Junio de 2024 no lo haré, y ventilaré un poco de caos mental, con esencia pero sin orden, porque  así he decidido vivir y escribir al fin y al cabo.  Quizás encuentre allá afuera alguien con la mente dispersa, pero el alma serena y el corazón en paz, que abrace estas letras. A veces mi alma puede no estar serena, pero mi corazón siempre está en paz. Dijo Miguel Ángel «todo lo que hay que hacer con la piedra es remover todo lo que NO es el David». La obra más célebre de Cortázar, Rayuela, trae un índice alocado como guía de lectura, el lo llama “tablero de dirección”, que te invita a saltar capítulos, sin orden cronológico ni lógico, y fue la obra que le dio fama mundial. A veces dejar ver lo que consideramos raro, o las grietas de la inspiración o de nuestra creatividad, es un riesgo que pudiera funcionar. Funcionar para llegar y para conectar.  He sentido las últimas 6 semanas, que mis artículos necesitan un “tablero de dirección”, o quizás estoy de prejuiciosa pensando que mi desorden de ideas no pueda tener orden en otra mente que no sea la mía.  Dicen que como se hace una cosa se hace todo, y la verdad a mi el orden “natural” no se me da, en casi todo en la vida he alterado el orden habitual, incluso en lo más rutinario. Sé cuando tengo la mente en modo creación y caos al mismo tiempo, me cuesta leer por largo rato, tengo el… Seguir leyendo Una musa mal vestida 

Protegido: El marketing del sexo

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Feliz día de las madres

Supe que iba a ser mamá cuando acababa de cumplir 18 años, nunca me gustó jugar muñecas, me gustaba patinar y las pistas de carro, siempre me encantó manejar, por eso tan pronto me llegaron los pies a los pedales, me robé el carro de mi mamá, a mis 12 años. Cuando supe de mi embarazo, lloré y no de emoción, me dio un susto muy grande, no le había cambiado un pañal ni a una muñeca, y ya venía en camino una muñeca de verdad verdad . Mi primera muñeca fue mi hija, fui una niña sosteniendo a otra niña en sus brazos, cuando veo mis fotos con mi hija pequeña, me sorprendo de lo pequeñas que éramos ambas. Al principio de la maternidad todo es un trajín, no hay mucho tiempo de pensar ni de planear, son meses agotadores en donde el día a día nos atropella. Todo el día se va en cambiar pañales y dar teta, y cuando queda un tiempito, en contemplar cada novedad, un nuevo gesto, una sonrisa, un balbuceo, que ya se sienta, que ya toca darle alimentos sólidos y así se pasa el primer año.  El segundo año es aún más movido, los bebés comienzan a caminar, a hablar, son más impetuosos, demandan más tiempo y atención. Vienen las primeras tremenduras, y las primeras caídas, por mucho que los cuidemos, siempre se caen y el sufrimiento y la culpa que sentimos son enormes. El tiempo vuela Luego, y con la sensación de haber dado un salto cuántico, o de haber viajado en la máquina del tiempo, ya han pasado 33 años desde aquel primer día de las madres. Ya no hay que salir corriendo a comprar foamis ni cartulinas, ni tampoco ir a la dirección del colegio porque hicieron alguna tremendura. Ya no se buscan boletas, no hay actos del día de la madre, y ya no te regalan tarjetas de foami escritas con una letra choretica y tierna. De repente te dicen “madre, cierra la puerta contigo afuera” frase que escuché por primera vez en la adolescencia de mi hijo, porque cuando me decía madre por favor cierra la puerta, yo me quedaba dentro de su cuarto y me reía.  Entonces mi hijo sabía que debía especificar porque sino su madre “pegoste” se quedaba adentro del cuarto con él. Ese mismo período de adolescencia lucía diferente con mi hija, fue más tranquilo por su carácter sereno, mi única preocupación era que le gustaba el rock e iba a los conciertos que siempre eran a 400 Km de casa. Al primer concierto la llevé yo, fue en el poliedro de Caracas, y recuerdo el pavor que sentí cuando dejé a mi hija haciendo la fila con hombres barbudos y tatuados, yo solo pensaba ¿qué hace mi bebé aquí? Recuerdo también, muy especialmente una conversación con mi hija en esos tiempos, un día Mariandrea me dice “Mami, el suelo está muy desacreditado, el suelo también es un lugar para colocar cosas”. Me reí muchísimo, y todavía hoy hay muchas risas en mis conversaciones con mi hija. Ya se pueden imaginar como estaba el suelo del cuarto de mi hija, y la verdad eso jamás me molestó, llegado un límite le decía que lo arreglara (límite tipo ya la puerta no cerraba ni se veía de qué color era la cerámica del piso). Mi maternidad fue más amorosa que rigurosa, yo no me ocupé tanto en que fueran ordenados, siempre me enfoqué en darles amor, y como madre me propuse dos pilares: que mis hijos tuvieran a Dios en su corazón y que fueran felices. Hoy, sé que mis dos anhelos como madre, se han cumplido. Disfruté tanto el tiempo de mis hijos en casa, fueron tantas las risas, y los buenos momentos, que el día que se fueron, en medio de la añoranza, sentí mucha felicidad de verlos crecer, madurar y prosperar.  El amor de madre ha sacado lo mejor de mí, soy una versión muy mejorada de mí como mamá, y pensaba yo, ingenuamente, que ya mi corazón se había expandido a su máximo potencial.  Pensaba yo, que ya había amado hasta lo máximo que se puede amar, porque, ¿a quien se puede amar más que un hijo? Y llegó Kira Marzo 2022, me entra una videollamada, con una cara de mi hija que no conocía, preocupada, sorprendida, temerosa, igual a la cara que seguramente puse yo a mis 18 años, y me dice “mamá, estoy embarazada”. En ese instante, con mi amor de madre la acompaño en el susto, pero en realidad solo quería saltar de emoción. Mi sueño más grande de los más recientes años, se había hecho realidad.  Fui la mujer más feliz “de closet”, me quedé solo siendo la mamá de una hija asustada por la noticia. Pero por dentro, solo había una felicidad indescriptible, iba a ser abuela, ya venía en camino mi nieta soñada.  Siempre anhelé tener una nieta, una nieta hija de mi hija, y a pesar de que solo tenía la información del embarazo, ya en mí habitaba la certeza de que mi nieta venía en camino. Mi yerno apostó conmigo, me dijo que sería varón y yo le dije que no, que sería niña. Apostamos 100$ y yo le dije “Jack, tendré a mi nieta y mis 100$, ya lo verás”, y así fue.   Y ahora en todo veo a mi nieta, a veces no sé si estoy derretida de amor por Kira, que tiene unas caritas y unos gestos que no dejo de captar en fotos y en videos. O si estoy contemplando a mi hija siendo mamá. No sé que me enternece más, si saber la maravillosa madre que tiene mi nieta, o el amor rotundo y robusto que siento por mi Kira. Con Kira he estado en muchos primeros momentos, el más especial el día que nació, yo entré al quirófano, escuché su primer llanto, vi a mi hija enmudecida cuando le pusieron a su hija en el pecho.… Seguir leyendo Feliz día de las madres

El arte de mandar todo al carajo

Algunas veces un detox relacional nos puede asegurar la paz mental, la salud espiritual y en ocasiones nos puede salvar la vida. Dominar el arte de mandar todo al carajo, puede ser una necesidad y una bendición. “El ser humano cambia cuando está harto de estar harto”, esta frase se la escuché a Mario Alonso Puig, uno de mis escritores y conferencistas favoritos [quizás el favorito], pronto viene a mi ciudad e iré a verlo. Así que quizás estar harto de estar harto sea el empujón que necesitas. Mark Manson en su libro titulado “El sutil arte de que -casi todo- te importe una mierda“ nos regala una guía con un lenguaje irreverente para mandar al carajo a todo aquello que no nos importa. En realidad solo leí una sinopsis, no he leído el libro, eso de mandar a la gente al carajo se me da bien. En ocasiones a algunas personas, no es mi caso afortunadamente, les cuesta alejarse de la gente que los lastima, hace poco estaba dando una sesión de terapia de sanación y Luz (la llamaremos así para proteger su identidad y porque es una mujer de mucha luz), una mujer hermosa y con una energía muy bonita, me decía “toda mi familia es muy negativa”, y me confesó su incapacidad de mandarlos al carajo.  Luz tiene cáncer, está mejorando mucho gracias a Dios, y le dije la importancia del entorno, de mantenerse alegre y positiva, y de cuidar celosamente sus energías y las personas de quien se rodea.  Dentro de todas las herramientas que le di para su sanación plena, le pedí que se alejara de personas negativas, que le huyera a la queja, que eso no le suma en su camino de sanación.  Al final de la sesión, cuando estábamos hablando de la quejadera de su familia, con la cual vive, le sugerí ponerse unos audífonos para no escuchar esa negatividad. Le dije, vas a saludar, te sonríes y les dices «tengo que escuchar unos audios que me mandaron para sanar», y te blindas con los audífonos. De hecho Rosa me dijo que ella siempre se despertaba con buen ánimo, y que cuando escuchaba a su familia se le bajaba el ánimo inmediatamente. Más que evidente que el entorno nos define, de hecho uno de los aspectos medulares para instaurar hábitos positivos es el entorno. Hace poco escuché una frase “estar solo es un superpoder”. De verdad la abrazo fuertemente, para mi la soledad es oro, es paz, es encuentro, es inspiración, creatividad, serenidad y gozo.  Y muy especialmente si quienes te rodean, son un drenaje de energía. Porque una cosa es estar solo, y otra muy distinta sentirse solo, yo vivo sola, pero no tengo esa sensación de soledad, al contrario, me encanta vivir sola y es para mí una especie de burbuja que construyo para alcanzar todas mis metas. Hago de vivir sola una especie de laboratorio de crecimiento personal en donde destino mi tiempo y mis espacios a crecer en las áreas que me apasionan. Familia es familia En ocasiones no es fácil decidir, ni menos accionar en esa depuración del entorno, ejecutar ese detox emocional y relacional puede ser complejo. Y más si son personas muy cercanas, y peor aún si viven contigo. Esa lista de personas que no quiero cerca, ha crecido en los dos últimos años. En ocasiones las personas salen voluntariamente por la puerta, en otras hay que darles el empujoncito, de cualquier manera cuidar tu entorno y tu energía, siempre valdrá la dicha. Si me he alejado hasta de mi mamá cuando lo consideré necesario, de cualquiera lo haré sin dudarlo. Y siempre aclaro que mi mamá es un ángel, nadie que la conozca dirá lo contrario, pero han habido momentos, en que he sentido que debía alejarme y lo he hecho. Uno de esos momentos fue cuando me diagnosticaron el cáncer, yo sabía que mi mamá se iba a derrumbar, no la quería ver llorando ni sufriendo, aunque debo confesar que esa no fue mi principal motivación, mi prioridad fue cuidar mis energías y mi enfoque para sanarme. Si le decía a mi mamá, tendría que hablar del tema, decirle como estaba, y se iban a enterar cientos de personas en su iglesia, y no quería esa energía sobre mí. Todo hubiese sido con muy buena intención, pero igual no me servía para la decisión que había tomado, y que gracias a Dios, salió como yo lo esperaba.  Quería enfocarme en sanarme, emplear todas mis energías, palabras, afirmaciones, pensamientos y recursos en lograr mi sanación plena, no podía permitirme estar pendiente de nadie más. Si tienes que elegir, elige por ti, no es loable, ni heróico, ni menos sensato permanecer en un lugar que nos roba la energía, solo por la frase de “familia es familia”. Esa frase es buena ejercerla para disfrutar, amar y honrar a las buenas familias, no para usarla como una sentencia de muerte y de aguante. Y si aplica para la familia, más rápido aplica para amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etc. Estas reflexiones o posiciones ante la vida, seguramente no son bien vistas por algunos, pero en realidad  ya no espero que me den la razón, pero sí que validen mi emoción, no es “tienes razón Thamara”, que en ocasiones luce como necesario. Es un “lamento que te hayas sentido así, no era mi intención lastimarte, no había visto las cosas desde ese punto de vista”. Eso es validar una emoción, hacer sentir al otro visto, y comprendido. Hacerle sentir que lo has oído, y tomar en cuenta aquello que es importante para esa persona. Porque si te digo «oye, me estás lastimando, me estás pisando» y me pides perdón, pero sigue haciéndolo, ese «perdón» no vale de nada. El verdadero perdón es la genuina intención de no repetir la acción que ha causado el daño.   Cuando este regalo de la validación no se encuentra en una relación, deberíamos darnos el regalo de la distancia, y en aquellos lugares… Seguir leyendo El arte de mandar todo al carajo

Rutinas saludables y salud mental

Una mujer tranquila, serena, sana y feliz.

Seguramente te ha pasado que sacas la jarra de la nevera para tomar agua y la guardas nuevamente sin darte cuenta. Incluso a veces nos pasa manejando, que hacemos cosas en automático y nos preguntamos cómo transitamos unos metros sin tener conciencia de ello.  En mi caso tengo actos casi involuntarios al despertarme, tomarme mi vitamina C que la tengo en la mesa de noche, y tender la cama. Y así podríamos ir enumerando cosas que hacemos en automático, y como en efecto cascada: lavo los platos, seco el tope de la cocina, reviso si debo recargar el filtro de agua y apago la luz de la cocina. Todos estos actos rutinarios, he incluso hábitos como entrenar, correr y leer, cuando están instaurados, estructurados en nuestros días, no solo aportan orden y salud (obviamente en el caso de que sean hábitos saludables), sino que nos dejan “espacio libre” en el cerebro. Nos despejan la mente. Cuanto menos decisiones tomemos en el día a día, más serenidad y paz mental tendremos, cuanto más acciones (previamente decididas) ejecutemos, nuestro cerebro estará más relajado y despejado. Por ejemplo, yo acabo de retomar el gym, antes de hacerlo todos los días pensaba ¿voy o no voy?, ¿comienzo esta semana o la que viene? Ahora simplemente me levanto y después de tomar mi café y de quitarme el pijama, me visto para el gym. Ya está decidido que a las 4pm me voy a entrenar. En mi día a día ya no tengo que tomar la decisión de si voy o no voy al gym, ya que es acto que decidí hacer de Lunes a Viernes, mi cerebro no tiene que tomar esa decisión a diario.  Esas rutinas, siempre y cuando sean saludables, nos aportan doble beneficio, la acción saludable, y el hecho de que está decidida, nos deja el cerebro, y la voluntad con mayor “espacio” para tomar nuevas y más importantes decisiones.  ¿Me cambio de trabajo o no?, ¿me voy del país o me quedo? esas son decisiones complejas, y si a eso le sumas ¿tiendo la cama o la dejo así?, ¿voy al gym o no voy?, ¿me duermo temprano o me quedo viendo Netflix? tendremos una mente colapsada todo el tiempo. La voluntad es limitada, debemos cuidar nuestro entorno y mantenerlo libre de distracciones y de tentaciones, si quiero perder peso, no debo tener dulces en la nevera «para cuando me provoquen», pero en mi caso, me provocan siempre. De detalle en detalle, vamos construyendo nuestras vidas, vamos mimando el cuerpo, cuidando la salud mental, y abriéndole paso a lo importante, y dejando lo cotidiano en orden.  Hace muchos años, sufrí una depresión muy severa, luego de que me divorcié del padre de mis hijos, mis hijos eran muy pequeños para aquel entonces, y recuerdo que el psiquiatra me indicó lo siguiente: “Thamara, necesitas una vida con método”. Yo le pregunté “Dr, ¿qué es eso?” Yo siempre he sido anti estructura, y anti rutina, pero hoy, 25 años después, entiendo perfectamente lo que me quiso decir el psiquiatra. Si para aquel momento, yo no me hubiese plegado al desánimo, ni a la depresión, sino que hubiese actuado de acuerdo a un plan, levantarme a una hora (yo pasaba todo el día en la cama), comer con horarios, caminar así no quisiera, no habría pasado tres largos años deprimida.  Una vida con método es una vida con rutinas, con decisiones ya tomadas del día a día, con un cerebro aliviado, y no saturado de tanta nimiedad agotadora.  Si en este momento estás pasando por una depresión, date cuenta de varias cosas:  ¿Qué son todas esas cosas que he enumerado? RUTINAS, de lo que se compone tu día a día, ¿te das cuenta que rutinas saludables y salud mental tienen mucho que ver? La próxima vez que te sientas mal, agobiado, triste, examina cuidadosamente tus rutinas, en qué inviertes el día, que mal hábito puedes sustituir por un buen hábito. Recuerda algo, el cerebro no sabe olvidar, solo sabe recordar, si te digo “no pienses en una ballena azul”, pensarás en ella. El cerebro solo puede reemplazar, así que si quieres erradicar un mal hábito, debes reemplazar ese acto por otro, no debes dejar ese espacio en blanco.  Me explico, si fumas después de comer, y quieres dejar de fumar, deberás hacer algo después de comer, masticar chicle por ejemplo. Ahora tu cerebro no espera un cigarro después de comer, espera un chicle.  Construye una vida con método, llena de rutinas saludables, toma buenas decisiones y mantenlas, así estás despejando tu cerebro, y tendrá más espacio para tomar decisiones imprevistas o más importantes. 

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