Thamara López | Escritora

Conversaciones con mis miedos

Tener conversaciones con mis miedos es algo que jamás lo había hecho, ni siquiera pensado, a pesar de ser bastante frontal con todo aquello que me molesta, perturba, o me roba la paz.  Soy de las que da el paso muy pronto a la hora de hablar o intentar resolver un malentendido. Eso de «dejarlo así», solo lo hago con personas que no me importan un carajo. En mi familia, siempre me he sentido como el bombillo rojo, como quien detecta a tiempo la señal de alarma. Aunque con tristeza reconozco y he aceptado que no encuentro resonancia del otro lado del hilo familiar.  Yo veo las cosas que aún los demás no ven, y cuando lo hacen, en muchos casos es tarde para accionar. Solo queda la desventajosa y torpe acción de reaccionar.  Mis miedos y yo llegamos a Miami Acabo de llegar a Miami, mi vida ha estado movida en todo sentido en las 4 últimas semanas. Decisiones importantes y nada habituales me ha tocado tomar en los últimos días.  Dormía mal, pensaba todo el día en el tema, tenía un agotamiento mental que incluso pasó al plano físico. Me dolía la espalda, en fin, sentía que mis pensamientos me estaban agotando incluso en mi cuerpo físico.  El impacto y trascendencia de nuestras esferas emocionales, actualmente es desconocido por muy pocos. Es una comprensión colectiva la que tenemos en cuanto a como nos afectan nuestras emociones.  Estuve en un mar de pensamientos intrusivos y desgastantes durante un mes, hasta que un día me dije, «hablaré con mis miedos». Nunca lo había hecho, pero ese fue el pensamiento que me vino.  Cuando yo sé algo, que sé que lo sé, pero que no sé por qué lo sé, me lanzo de cabeza con la plena certeza de que es mi intuición. Siempre le hago caso a mi intuición y jamás me ha fallado. Los problemas vienen cuando la ignoro, no cuando la sigo. Así que me preparé un café, y me fui a mi cuarto, me paré frente al espejo y le dije a mis miedos.  “Si ustedes quieren, se meten en la maleta, y se vienen conmigo, pero esta vaina la voy a hacer, con ustedes, y a pesar de ustedes, así que nos vamos”. En ese momento me sentí como cuando una madre ejerce el amor con firmeza, y le dice a su hijo “esto es lo que vas a hacer, no te estoy preguntando, lo haces porque lo haces”. Con la diferencia que a mis miedos no los amo, solo les advertí, les informé, que no me iban a detener.  Llegué a Miami, la estoy pasando increíble con mi hijo, mi hijo me dio la noticia de que mi regalo de cumpleaños sería un crucero a Cozumel, México, solos él y yo.  No hacemos un viaje juntos y solos desde hace 13 años, siempre quise repetir una cita madre e hijo, solos él y yo.  Cuando me lo dijo, grité de emoción, no se lo pedí, fue su iniciativa, así que vale 1.000.000 de veces más para mí.  Así, que ahora tengo una nueva herramienta de vida, cuando los pensamientos vengan a “joder”, les invito un café, nos sentaremos a hablar, y les diré “lo siento, véngase conmigo si quieren, pero esto lo haré con ustedes y a pesar de ustedes”. Si a mis 17 años (y sin estar embarazada) le dije a mi mamá “me voy a casar”, con un novio con el cual tenía 1 mes, y no esperé (ni pedí) su permiso, a mis casi 53 años, no me dejaré gobernar por mis miedos. 

Trudy Ederle: La primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha y su legado de Empoderamiento Femenino

La historia de Trudy Ederle, la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha, es una inspiradora lección de empoderamiento y superación personal. En un tiempo en que las mujeres eran limitadas por expectativas sociales, Trudy desafió las normas y demostró que la verdadera fortaleza reside en la determinación y el coraje de perseguir nuestros sueños, sin importar los obstáculos. ¿Quién fue Trudy Ederle? Trudy Ederle nació en 1905 en Nueva York, y desde temprana edad mostró una afinidad especial con el agua. A medida que crecía, su pasión por la natación no solo la llevó a romper múltiples récords mundiales, sino que también encendió en ella un deseo de superar sus propios límites. A los 19 años, Trudy ya era una nadadora reconocida, pero tenía una meta aún más ambiciosa: convertirse en la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha, un logro que hasta entonces solo había sido alcanzado por hombres. El Gran Desafío: Cruzar el Canal de la Mancha El Canal de la Mancha es conocido por sus frías aguas, fuertes corrientes y condiciones impredecibles, lo que lo convierte en uno de los desafíos más temidos por los nadadores de larga distancia. Sin embargo, Trudy no se dejó intimidar. El 6 de agosto de 1926, se lanzó al agua con un objetivo claro: romper barreras y demostrar que el empoderamiento femenino no es solo una idea, sino una realidad que se puede lograr con determinación. A lo largo de 13 horas y 34 minutos de nado continuo, Trudy enfrentó no solo las duras condiciones del mar, sino también sus propios límites físicos y mentales. Cada brazada fue un acto de fe y valentía, desafiando no solo a las olas, sino también a las expectativas de una sociedad que creía que el Canal de la Mancha era un dominio exclusivo de los hombres. Superación y Empoderamiento: El Legado de Trudy Ederle Cuando finalmente tocó tierra en Francia, Trudy Ederle no solo se convirtió en la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha, sino que también rompió un récord de tiempo, superando a muchos de los hombres que lo habían intentado antes que ella. Este logro fue más que una hazaña deportiva; fue un poderoso símbolo de empoderamiento femenino y un mensaje claro al mundo: las mujeres son capaces de cualquier cosa. La hazaña de Trudy inspiró a generaciones de mujeres a perseguir sus sueños y romper con las barreras impuestas por la sociedad. No se trataba solo de nadar; se trataba de nadar contra la corriente de una sociedad que subestimaba a las mujeres. Su valentía y determinación siguen siendo un ejemplo de cómo los desafíos pueden transformarse en oportunidades para demostrar nuestra fuerza interior. Enfrentando Nuevos Desafíos Tras su éxito, Trudy Ederle enfrentó otros desafíos, tanto personales como profesionales. La fama repentina y la presión de la opinión pública pusieron a prueba su resiliencia. A pesar de las críticas y los intentos de minimizar su logro, Trudy continuó nadando y compitiendo, siempre fiel a sí misma y a su pasión. Su historia nos recuerda que el verdadero empoderamiento no es un destino, sino un viaje constante de autodescubrimiento y superación. Nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas y a preguntarnos: «¿Qué límites puedo desafiar hoy?». Lecciones de Vida de Trudy Ederle La vida de Trudy Ederle es más que una simple historia de éxito; es una poderosa lección de empoderamiento femenino y resiliencia. Nos muestra que, con determinación y coraje, todos somos capaces de alcanzar nuestras metas, sin importar cuán difíciles sean los desafíos que enfrentamos. Cuando la vida te presente tus propias «aguas turbulentas», recuerda a Trudy y su legado. Y nunca olvides: tú también tienes la fuerza para cruzar cualquier canal que la vida ponga frente a ti.

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