Thamara López | Escritora

Venezuela el 28 de Julio si nos dejan ganar

«Si nos dejan ganar» he leído y escuchado esta frase tantas veces y me pregunto, ¿quién en su sano juicio iría a una contienda sabiéndose perdido y sin oportunidad alguna?

Es así como muchos venezolanos y extranjeros ven esta apuesta de Maria Corina Machado y Edmundo Gonzalez, atrevida y descocada, una quimera, como dice la pegajosa y jocosa canción venezolana, «El norte es una quimera»

Aquí la quimera la sentimos al norte de América del Sur. La RAE define «quimera» como aquello que es cierto solo en la imaginación. Y me pregunto ¿y no fue así que comenzó todo?, en la mente, en el ingenio y en el corazón de los grandes inventores de la historias.

Y esos anhelos y visiones del mundo, fueron la causa para que los tildaran de locos. Los locos son aquellos que ven posible lo que a la vista de los demás parece imposible. Yo prefiero llamarlo FE.

Hoy Domingo 14 de Julio de 2024, a tan solo dos semanas para las elecciones presidenciales en Venezuela, me confieso en un artículo casi imposible y poco probable.

En mi top 3 de temas de conversión y de escritura, vetados por mí, de número uno está la queja, y en el segundo lugar la política, bueno, heme aquí vulnerando mi autocensura y hablando de algo que en ocasiones luce inexorable.

La quimera que todos deseamos, el cambio, la bondad que gobierna, el odio que se extingue, los velos que se quitan, la verdad que resplandece, la meritocracia de regreso por la puerta grande, el talento desperdigado por el mundo pisando la obra de Cruz Diez en Maiquetía con ese poco de maletas y de abrazos pausados por años.

Cuanta gente queriendo irse, pero son más los que están fuera queriendo regresar, pareciera que tenerlo todo se convierte en nada cuando la mente y el Ser están en tu tierra.

Están con tus matas que las dejaste en casa de la vecina, están en tu casa con un tanque atravesado por si acaso se va el agua, con los apagones tan buenos para armar conversaciones familiares con los teléfonos apagados o con los vecinos que casi se alegran cuando se va la luz para salir y echar cuentos un buen rato.

Y no, no es como algunos me han dicho de que «eso es resignarse», ser positivo no es negar lo malo, es poner el foco en la solución y en lo que sí puedo controlar.

Yo no puedo cambiar la situación eléctrica, pero puedo elegir qué hacer mientras no hay luz, puedo tener una buena conversación, salir a caminar, leer o puedo elegir quejarme del gobierno, siempre será mi elección.

No me he resignado a que lo básico parezca un lujo, ni a que ninguna irregularidad parezca lo normal. Pero sí me he acostumbrado a agradecer cosas que antes daba por sentadas.

Hace 2 días, estuve en la conferencia del Dr Mario Alonso Puig en Barquisimeto en Venezuela, espectacular, casi 900 personas asistimos.

Hice una inmensa cola de más de 300 personas para que me firmara su libro, y regalarle mi libro: Escribir, Soltar, Sanar y dárselo en sus manos.

En esa cola larga pero sabrosa de la firma de libros, conocí a Lucresia, a sus hijos, a Andreína, a Emperatriz, y a otras mujeres hermosas, sonrientes que me contaron un pedacito de sus vidas y de sus historias.

Con Andreína me reí mucho y nos abrazamos sabroso, me dijo al acercarse «¿Tú eres Thamara verdad? Yo soy tu fan de TikTok«, me reí y la abracé muy fuerte.

Luego su amable esposo, al parecer se dio cuenta de la situación, se nos acerca y nos dice «pónganse para tomarles una foto». Qué sabroso esos esposos que se anticipan a los deseos de sus esposas y le regalan esos detalles.

Con Andreína

Cuando le conté a una de mis nuevas amigas de la cola que soy escritora y que había traído un libro para regalárselo a Mario Alonso, me dijo «pasa tú primero que quiero ver su reacción cuando le entregues tu libro».

Ella estaba antes que yo en la fila, y yo que había pensado «¿quién me va a tomar la foto cuando abrace a Mario Alonso? porque yo andaba sola. No solo me tomaron fotos, me hicieron videos, y en el fondo se escuchaban las risas de mis compañeras de fila por mis locuras.

Fue magia pura lo que pasó ese día, y aunque no me resto mérito en eso de esperar que todo salga bien, tener siempre la mejor actitud y manifestar milagros, esa vaina no habría sido posible sino solamente en Venezuela.

Venezuela es un país que regala risas, amistades hechas en 3 minutos en una cola de un supermercado, intercambio de recetas y consejos matrimoniales, confesiones que solo se harían a una hermana, y solidaridad y bondad de personas que nunca antes habías visto.

Esa calidez con gente que no parece desconocida, con gente que te regala sonrisas y amabilidad de una manera que no se ve en el resto del mundo, perdón, pero he viajado y sé que es así, no pedí nacer en Venezuela, solo tuve la dicha de haberlo hecho.

¿Te imaginas a esta Venezuela de calles llenas de gente buena, con un palacio de gobierno también habitado por la bondad?

Seguiríamos teniendo al Salto Angel, a los médanos de coro, a las playas tibias de arenas blancas, a Los Roques a las montañas de Mérida, de Cubiro, de Sanare, a los llanos, los ríos, y además teniendo de vuelta lo normal y de salida lo que se ha vuelto común.

«Mano tengo Fe» dijo el futbolista venezolano Luis Mago, y de esa frase nos adueñamos todos los venezolanos, no solo para alentar a la Vinotinto, sino con un recordatorio, un estigma de que «aquí nadie se rinde«

«El que no cree en milagros no es realista» dijo Audrey Hepburn, frase que digo con bastante frecuencia y está tatuada en mi ser.

No solo creo en milagros, sino que los he visto suceder y sucederme.

«Si nos dejan ganar» reiterados comentarios en las publicaciones de Maria Corina, como que se hubiera que pedir permiso para darle paso al clamor de un país, como si la victoria no se basta por sí misma.

Sabemos que estamos en una batalla desigual, arbitraria, anárquica, injusta y perniciosa, batallamos contra la oscuridad más grande que ha vivido Venezuela, hasta nuestro papel moneda es una oda a la brujería y a la santería.

Mientras el billete de los Estados Unidos dice «en Dios confiamos» el nuestro tiene toda suerte de hechicerías. Pronto quisiera ver en nuestro papel moneda la frase «Mano, tuvimos FE«.

Pero, ¿es acaso lo mismo que te tumben la puerta para robar tu casa, a que dejes la llave pegada para ahorrarle el esfuerzo al ladrón?

Esa es la metáfora, votar y que nos roben el boto es obligar a que nos derriben las puertas, no ir a votar es dejar la llave pegada para que el robo no revista ningún esfuerzo para este desmadre, para este desgobierno.

En las convocatorias de María Corina Machado, veo las calles abarrotadas de gente llorando, abuelos, hombres, mujeres y niños, abrazando a Maria Corina y rogándole que les regrese al país, a sus hijos, y a los abrazos que llevan tiempo sin recibir.

Si nos dejan ganar

¿Cual sería el futuro de Venezuela el 28 de Julio si nos dejan ganar?

Mi imaginación vuela, mi corazón se infla de Fe, amor, esperanza y gratitud, el proceso ha sido tan duro que describirlo además de innecesario, le restaría luz a estas letras que escribo desde mi lado más rutilante como buena venezolana.

En mi país nacieron mis dos hijos y mi nieta, los tres amores más grandes de mi vida, mi nieta es británica y en su pasaporte dice «ciudadana británica nacida en Cabudare«, lo leo y me río, quizás es la única ciudadana británica nacida en Cabudare en el mundo.

En Venezuela está mi vida, mis recuerdos, mi hogar al que amo y agradezco a diario, mi colegio, mi liceo, mi Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, mis travesuras que no han sido pocas, mis torpezas, mis pendejadas, mis malas elecciones, y mis mejores elecciones.

Es el único lugar del mundo del que puedo salir y entrar cuando quiera y el tiempo que quiera, y también el que puede ser el punto de partida de cualquier nueva decisión de cambio de mapa y de clima (eso sí es lamentable, nuestro clima es inigualable).

Venezuela, este 28 de Julio primero debemos tener el dedo meñique manchado de tinta, y luego podemos hacer la parrilla, la sopa, ir a la playa, jugar dominó o cualquier otra ritual dominguero en familia.

Este 28 de Julio no dejaremos las lleves pegadas en la puerta, las puertas las vamos a blindar con candado, con rejas multilock, y eso se hace VOTANDO.

Este 28 de Julio nosotros votamos, pero la pelea la dará Dios, ¿quién mejor que Él para librar nuestras batallas?

Nos hacía falta esto para valorar lo que se viene, el aprendizaje ha sido inmenso, de este lado una campaña sin plata pero con gente, del otro lado lo contrario, sin gente pero con plata (plata mal habida por cierto).

Por fortuna para nosotros y por desgracia para ellos, ni los billetes ni los sobornos están inscritos en el CNE, nosotros sí, la gente sí vota.

Mano, tengamos FE, venezolanos, YO tengo FE.

Sí, nos dejaron ganar, no les quedó de otra. Ya estoy preparada para contemplar la baranda recién pintada del CNE, preparada para dormirme tarde esperando la victoria para irme a dormir con una felicidad planetaria e indescriptible.

Ya, en este instante, ya estoy llorando de emoción y gratitud al escribir esto, ya estoy celebrando, ya estoy manifestando la Venezuela de nuestros sueños.

Ay coño Venezuela, ¡Qué bien te veo!

Nos has dado tanto, el 28 de Julio, todos los venezolanos de bien, te retribuiremos en parte todo cuanto nos has dado, y te regalaremos el regreso a casa de los que te extrañan y desean volver.

Te amo Venezuela, Dios te bendice y te guarda siempre.

Gracias Maria Corina, lo cumpliste, ¡HASTA EL FINAL!

xhttps://www.instagram.com/mariacorinamachado?igsh=MWpyazJ3emczN3M0Mg==

5 comentarios

  1. Definitivamente amo tú manera de escribir y conectar, esa alegría tan contagiosa que tienes al conocerte, la plenitud y felicidad con que vives porque eso se refleja.Irremediablemente nos tocó una situación como país que nos permitió crecer como seres humanos porque de los errores aprendemos, pero mano tengo fe

    1. Amén y Amén mi querida Helen. Nuestros ojos verán lo que nuestros corazones han anhelado por más de 20 años. Todas nuestras oraciones serán respondidas.

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