Thamara López | Escritora

Reprogramar tu mente: sanar con afirmaciones

La mente es un universo infinito de posibilidades. En ella residen nuestras creencias más profundas, nuestras heridas y nuestros miedos, pero también nuestra capacidad de sanarnos y transformarnos. Así que vamos juntas a reprogramar tu mente y a sanar con afirmaciones. Durante mucho tiempo, la ciencia y la espiritualidad parecían dos mundos separados, pero la neurociencia ha demostrado que nuestros pensamientos pueden cambiar nuestra biología, que nuestras palabras tienen poder y que cada día tenemos la oportunidad de reprogramarnos para vivir mejor. Si estás aquí, quizás estás buscando respuestas. Tal vez has pasado o estés pasando por una situación difícil, una enfermedad, una pérdida o simplemente sientes que hay algo dentro de ti que necesita sanar. La buena noticia es que no necesitas esperar un milagro externo. Tú eres el milagro. Y en este artículo, quiero compartir contigo cómo puedes reprogramar tu mente y sanar con afirmaciones, y el poder de la neurociencia para transformar tu mente y tu vida. La mente: tu herramienta más poderosa de sanación La neurociencia ha confirmado que nuestro cerebro es plástico, lo que significa que puede cambiar, adaptarse y crear nuevas conexiones a lo largo de nuestra vida. A esto se le llama neuroplasticidad, y es la razón por la que podemos aprender cosas nuevas, desaprender hábitos destructivos y generar patrones de pensamiento que nos ayuden a sanar. Pero aquí viene lo más interesante: el cerebro no distingue entre lo real y lo imaginario. Si piensas constantemente en el dolor, el miedo o la enfermedad, tu cuerpo responderá como si esos pensamientos fueran una realidad absoluta. Tu sistema nervioso se activará en modo de supervivencia, aumentando los niveles de cortisol y adrenalina, lo que debilita tu sistema inmunológico y bloquea tu capacidad de sanar. Por otro lado, si comienzas a alimentar tu mente con pensamientos positivos, afirmaciones poderosas y visualizaciones de bienestar, tu cerebro activará nuevos circuitos neuronales que favorecen la regeneración celular, el equilibrio emocional y la paz interior. Afirmaciones: El lenguaje de la sanación Las afirmaciones son declaraciones en presente que programan tu mente para aceptar una nueva realidad. Pero no se trata solo de repetir frases vacías; la clave está en sentirlas, creerlas y actuar en consecuencia. La ciencia respalda esto. Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon encontró que las personas que usan afirmaciones positivas tienen una mayor capacidad de manejar el estrés y mejorar su salud mental. Otro estudio en el Journal of Psychosomatic Research demostró que la repetición de pensamientos positivos puede influir en la respuesta del sistema inmunológico. Ahora bien, quizás te preguntas: “¿Cómo puedo usar las afirmaciones para sanar?” Aquí tienes tres claves: Rompiendo los patrones del pasado Muchas veces, no logramos sanar porque estamos atrapados en patrones de pensamiento negativos que hemos repetido durante años. Estos patrones pueden venir de la infancia, de experiencias dolorosas o de creencias que hemos heredado sin cuestionarlas. Por ejemplo, si creciste en un entorno donde escuchaste frases como:❌ “La enfermedad es parte de la vida”❌ “El estrés es inevitable”❌ “Yo no tengo suerte” Tu mente ha aceptado esas ideas como verdad. Pero la verdad es que puedes reescribir tu historia. Puedes elegir nuevas creencias y reemplazar esos pensamientos por otros más poderosos: ✅ “Mi cuerpo tiene una capacidad infinita de regeneración”✅ “Elijo vivir en calma y equilibrio”✅ “Estoy en el camino perfecto para mi bienestar” Cada vez que surja un pensamiento negativo, detente y cuestiónalo. Pregúntate: ¿Esto me ayuda o me limita? Si te limita, cámbialo por una afirmación que te fortalezca. Ritual de reprogramación mental y sanar con afirmaciones Para reprogramar tu mente, necesitas convertirlo en un hábito diario. Aquí te comparto un ritual sencillo pero poderoso: 1. Mañanas de poder Al despertar, repite tus afirmaciones en voz alta o escríbelas en un cuaderno. Si puedes, mírate al espejo y dilo con convicción. 2. Visualización sanadora Dedica 5 minutos al día para cerrar los ojos e imaginarte completamente sana, feliz y plena. Siente esa emoción como si ya fuera una realidad. 3. Meditación con afirmaciones Antes de dormir, escucha una meditación con afirmaciones positivas. Esto ayudará a que tu mente subconsciente las integre mientras duermes. Si puedes grabarlas con tu voz, mucho mejor. 4. Reemplaza el diálogo interno negativo Cada vez que te descubras pensando en algo negativo sobre tu salud o bienestar, cambia ese pensamiento por uno positivo. La ciencia de creer en ti La sanación no es magia, es biología en acción. Tus pensamientos influyen en tus emociones, tus emociones afectan tu cuerpo, y tu cuerpo responde a lo que crees posible. El doctor Joe Dispenza, un experto en neurociencia y sanación, ha documentado cientos de casos de personas que han revertido enfermedades crónicas simplemente cambiando su mentalidad. ¿Qué hicieron diferente? Creyeron en su poder, cambiaron su diálogo interno y reprogramaron su mente para la sanación. Y tú, ¿estás lista para hacerlo? Conclusión: Eres el creador de tu realidad No importa cuántos años hayas vivido con una creencia limitante, ni cuántas veces te hayan dicho que sanar es imposible. Cada día tienes la oportunidad de empezar de nuevo. Tu mente es tu aliada más poderosa, y hoy puedes tomar la decisión de usarla a tu favor. Las afirmaciones no son solo palabras bonitas; son el puente entre lo que eres y lo que puedes llegar a ser. Así que empieza hoy. Declara con fuerza:«Estoy sana, soy fuerte, y tengo el poder de transformar mi vida». Y repítelo, una y otra vez, hasta que no quede ninguna duda en tu corazón. Porque cuando crees en tu poder, la sanación ya ha comenzado.

La manifestación: Qué es y cómo manifestar lo que realmente deseas

Conocer qué es la manifestación y cómo manifestar lo que realmente deseas te podría acortar el camino hacia la vida de tus sueños.   La manifestación es el poder de la creación que todos tenemos y que pocos usamos a nuestro favor. Manifestamos a diario, a cada instante, lo bueno y lo no tan bueno. Vamos creando la vida de nuestros sueños, o la de nuestras pesadillas. Pero como no sabemos cómo hicimos lo segundo (manifestar lo que no queremos), tampoco sabemos como hacer lo primero, crear la vida de nuestros sueños.  Los libros que han pasado por mi vida, quedan en frases, en frases que me emocionan, que me conmueven o que me hacen reflexionar. En este articulo te voy a regalar algunas de mis frases favoritas, porque para mí las frases resumen mucha sabiduría en pocas palabras.  Sin orden de prioridad, me encanta la frase “quien no cree en milagros no es realista”, el milagro, para los creyentes y espirituales como yo, también podríamos llamarlo “salto cuántico”. Quizás los menos crédulos abracen mejor ese concepto.  Salto cuántico Este milagro o salto cuántico no conoce de tiempos, ni de esperas habituales, imagínate llegar de Miami a Londres en 5 minutos, cuando ese vuelo tarda 9 horas. Así es experimentar un milagro, o habitar en el mundo cuántico.  Entonces, lo primero que debemos hacer es desaprender nuestros conceptos o preceptos del tiempo que nos podría tomar alcanzar una meta o sueño.  Cuando yo me sané del cancer en 90 días, experimenté un salto cuántico, viví un milagro, ¿qué posibilidades reales o predecibles había de que eso ocurriera? Sin ningún tratamiento médico, sin hacerme la cirugía que me dieron como única opción de quitarme el tumor vascularizado de 4 centímetros que tenía en la tiroides. No había ninguna posibilidad, ni para la medicina, ni para nadie que no crea en milagros, o en saltos cuánticos.  ¿Por qué pasó eso, acaso soy una elegida con dones sobrenaturales?, te aseguro que si acaso los tengo, esa no es la explicación. Entre otras cosas, hice lo que dice el Dr Joe Dispenza “vivir la emoción antes que la experiencia”, yo celebré mi sanación cuando aun tenía un enorme tumor en el lado izquierdo de mi cuello. Y adicionalmente, sentía que eso iba a ocurrir en 90 días, te pregunto algo, ¿si tú sabes que te vas a ganar la lotería dentro de 90 días, esperas a que llegue ese día para alegrarte, o sientes la felicidad de una vez? Estoy segura de que tu respuesta es igual a la mía, “nos alegramos de una vez”. Eso hice yo, celebré mi sanación antes de que ocurriera, y en este blog hay 2 artículos dedicados a mi historia de sanación para que conozcas los detalles.  Tengo 2 grandes manifestaciones en mi vida, la sanación del cancer, y mi nieta Kira. Yo hablaba de Kira y me emocionaba con ella, 7 años antes de que ella naciera, cuando mi hija ni siquiera tenía novio y decía que no quería tener hijos.   Me da risa recordar cuando aposté con mi yerno, él creía que sería varón, apostamos 100$. Cuando nos dimos la mano para cerrar la apuesta le dije “tendré 100$ y una nieta”. Efectivamente así fue. Yo no dije “quiero un nieto”, dije “quiero una nieta, hija de mi hija”, y mi hija me decía “ Mamá, Eduardo (mi hijo) te dará los nietos, déjame quieta”, y siempre le respondí “Dios puso en mi corazón el deseo de tener una nieta hija de mi hija”. Escuché varias veces, y aún escucho a mi hija decir, “mi mamá me embarazó, ella manifestó a Kira”. Y por como se dieron las cosas, la verdad es que sí debo asumir mi responsabilidad. También he manifestado muchas otras cosas, trabajos soñados, en el segundo capítulo de mi libro cuento con detalles esta manifestación que terminó siendo no tan buena. Con ese trabajo terminé perdiendo (aprendiendo) muchas cosas. La manifestación tiene mas que ver con quienes somos en realidad y con lo que creemos merecer, que con nuestros deseos y lo que queremos en capas más superficiales. Si ocurriera solo por desear algo, todos tendríamos lo que queremos. Y entonces, ¿por dónde empezamos? Las formas de comenzar, y el proceso a transitar es tan personal que solo puedo compartir contigo lo que he vivido y un resumen ameno y directo de lo que he leído y los cursos que he hecho.  Te confieso que me ha funcionado el trabajo interno que he hecho, desde mi intuición y un compendio de lo que he leído y estudiado del tema. Y esto me ha funcionado en doble vía, tanto para manifestar lo que quiero, como para manifestar lo que necesito (aunque no lo quiera). A mí me apasiona compactar, resumir, y especialmente simplificar lo que aprendo. Aterrizar ideas en palabras sencillas, con ejemplos digeribles es algo que me encanta. Hay mucha gente que no le gusta leer (aunque todos deberíamos hacerlo), y si a mi se me hace fácil integrar ideas y conceptos, resumir en frases y empaquetar información de manera amena y sencilla, eso es lo que siempre les compartiré. Tengo un grupo hermoso de WhatsApp, puedes clicar aquí y sumarte a un grupo bonito de personas bonitas y espirituales con ganas de crecer y sanar. Hablamos esencialmente de sanación allí. El poder de la palabra Son muchas las capas que debemos revisar cuando deseamos manifestar, como quien pela una cebolla, y una de las cosas fundamentales que debemos revisar son nuestras palabras. Por años escuchamos “las palabras se las lleva el viento”, que falsedad tan grande, las palabras abren cajones emocionales, las palabras modifican las rutas neuronales, y nos ayudan a reprogramar nuestra mente. Recuerda siempre que la persona con la que más hablas eres tú mismo, cuida muy bien que te dices, cuida lo que dejas entrar a tu apartamento sagrado, tu mente. Tu diálogo interno te puede ayudar, pero también te puede anular.  Tony Robbins en su libro “Controle su Destino”,… Seguir leyendo La manifestación: Qué es y cómo manifestar lo que realmente deseas

Mandar todo al carajo para vivir en paz

En un mundo lleno de estrés, expectativas sociales y relaciones tóxicas, muchas veces sentimos la necesidad de «mandar todo al carajo para vivir en paz» y encontrar bienestar emocional. Esta decisión no es solo una reacción impulsiva; es, de hecho, una herramienta poderosa para preservar nuestra salud mental y espiritual. Practicar un detox relacional, o alejarnos de lo que nos daña, puede ser una bendición en nuestra vida cotidiana. Aunque parezca drástico, aprender a mandar todo al carajo de manera consciente puede ser clave para vivir una vida más plena y en armonía. ¿Qué significa mandar todo al carajo? Mandar algo al carajo no implica simplemente ignorar o renunciar a nuestras responsabilidades. Más bien, se trata de identificar aquellas situaciones, personas o incluso pensamientos que nos están drenando emocionalmente y, con firmeza, decidir que ya no formarán parte de nuestra vida. Este acto de desapego es fundamental para proteger nuestra salud mental. El autor Mark Manson, en su libro El sutil arte de que (casi) todo te importe una mierda, aborda esta idea con un enfoque irreverente pero profundo. En esencia, nos invita a dejar de invertir tiempo y energía en cosas que no merecen nuestra atención, permitiéndonos centrarnos en lo que realmente importa para nosotros. El impacto de las relaciones tóxicas Nuestras relaciones juegan un papel crucial en nuestra felicidad y estabilidad emocional. Sin embargo, no todas las relaciones son saludables. Algunas personas nos limitan, nos critican constantemente o nos hacen sentir culpables por perseguir nuestros propios sueños. Rosa, una mujer con la que compartí una sesión de sanación, me confesó: «Toda mi familia es muy negativa, y no puedo mandarlos al carajo (esta fue mi traducción, ella ni siquiera se atrevería a hablar así)». La gente políticamente correcta, generalmente reprimen todo lo que quisiera y necesitan decir para tener paz o ser felices. Esta frase refleja un conflicto común: el deseo de distanciarse de relaciones tóxicas, y la dificultad de hacerlo cuando se trata de personas cercanas. El problema de estas relaciones es que pueden afectar profundamente nuestra salud mental y espiritual. Al mantenernos en contacto constante con personas que nos transmiten negatividad, nuestro bienestar se ve comprometido. Es aquí donde entra en juego la importancia de aprender a poner límites, incluso con familiares o amigos cercanos. Beneficios de un detox relacional Un detox relacional es el proceso de desintoxicación de personas y situaciones que nos perjudican. Si bien puede sonar duro, este tipo de «limpieza» puede traer muchos beneficios: Este detox no tiene que ser drástico ni abrupto. Como muchas veces sucede, el miedo al cambio o a lastimar a otros nos impide tomar acción. Sin embargo, distanciarnos poco a poco, disminuyendo el tiempo que dedicamos a esas personas, puede ser un primer paso hacia la liberación emocional. Cómo saber cuándo es necesario mandar todo al carajo Existen señales claras que indican cuándo es necesario mandar todo al carajo y realizar un detox relacional. Algunas de ellas incluyen: Mario Alonso Puig, reconocido escritor y conferencista, tiene una frase que resume muy bien este proceso: «El ser humano cambia cuando está harto de estar harto». Este punto de inflexión suele ser el momento en que decidimos que ya no podemos seguir tolerando lo que nos afecta negativamente, y es cuando finalmente tomamos acción para alejarnos de lo que nos está haciendo daño. ¿Es egoísta mandar todo al carajo? Una de las barreras más grandes que enfrentamos cuando decidimos alejarnos de personas o situaciones tóxicas es el miedo a parecer egoístas. Nos preocupa lo que los demás puedan pensar de nosotros, o nos sentimos culpables por no cumplir con ciertas expectativas. Sin embargo, cuidar de nuestra salud mental y emocional no es un acto egoísta, sino uno de amor propio. Mark Manson sostiene que una vida plena no implica evitar problemas, sino elegir los problemas que realmente valen la pena. Esto significa que debemos ser selectivos con las batallas que enfrentamos. No podemos preocuparnos por todo ni por todos. Debemos priorizar aquellas cosas que son importantes para nosotros y que nos traen alegría, crecimiento y bienestar. Mandar todo al carajo: una herramienta para el bienestar Dominar el arte de mandar todo al carajo no es simplemente una cuestión de decir adiós a lo que nos molesta. Es un acto de valentía y autoafirmación. Nos permite dejar de lado el miedo a decepcionar a los demás y comenzar a vivir de acuerdo a nuestras propias reglas. Practicar este arte implica aprender a decir «no» cuando sea necesario, alejarse de situaciones y personas que no nos aportan, y priorizar nuestra paz mental sobre todo lo demás. En última instancia, es una herramienta poderosa para vivir una vida más auténtica y satisfactoria. Al final, todos enfrentamos momentos en los que necesitamos reevaluar nuestras relaciones y situaciones. Mandar todo al carajo, en los momentos adecuados, nos permite recuperar nuestra energía, establecer límites saludables y encontrar la paz que tanto anhelamos.

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A veces perdiendo también se gana, a veces cuando soltamos recibimos más

En el camino del crecimiento se van quedando personas en el camino, ellas no lo saben, pero silenciosamente me he despedido de ellas muchas veces hasta con una sonrisa. Incluso a varias aún les sonrío cuando me las cruzo. A veces ni saben lo que han hecho o dejado de hacer, pero sienten que ya no están. Otras veces la despedida es más definitiva y menos cordial, es que con algunas personas las segundas oportunidades son un abismo, casi una condena a muerte. Con muchas personas y situaciones es mejor un rotundo hasta nunca, sin remordimientos y con mucha paz, esa paz que sentimos cuando hacemos lo correcto. Siempre he sido pronta para un hola, para sonreír y abrir las puertas de mi vida, y muy lenta para cerrarlas, y cuando las cierro, casi nunca suelo ser radical. La malicia es algo que siempre me ha faltado y siempre he sentido que no la necesito, pero me he equivocado, necesito saber cuidarme y para eso, sí, necesito un poco de malicia. Si al perder algo, gano paz, nada he perdido, he sido tan terca casi toda mi vida. Muchas veces esa terquedad me trajo grandes victorias y éxitos, otras veces mucho pesar y tristezas. Casi tanto como la malicia me negaron la paciencia, esa es sin duda, una muy mala combinación. Sin paciencia y sin malicia se pueden tomar muy malas decisiones, se pueden saltar pasos en un proceso y se pueden obviar claras señales. Solo un indicativo me es siempre útil, la paz. Lo que trae paz viene de Dios y eso sí que lo puedo reconocer con facilidad.  La vaina está en que cuando he querido algo, me hago la pendeja y me fijo en cualquier cosa que justifique mi elección, me vale madre si trae paz o no, yo digo que sí y me desbarranco con una sonrisota, desafiando todo regla o pronóstico, e ignorando toda luz roja que grita “No Thamara, por aquí no es”. Muchas veces he ganado pensando que estoy perdiendo, y he perdido cuando creo que voy ganando. Me ha pasado en el dominó y en la vida.

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