Feliz día de la mujer a todas esas mujeres emocionales, vulnerables, sensibles, empáticas y complicadas, porque sí, muchas veces nos dicen “complicadas” y yo de cierta manera estoy de acuerdo.
En este contexto, complicadas no tiene una connotación negativa, el ambiente hormonal de las mujeres tiene particularidades que no lo tiene el de los hombres. Nuestras necesidades afectivas son distintas, y nuestras maneras de sentirnos amadas y vistas son completamente diferentes.
Ante un problema una mujer quiere hablar y un abrazo, ante la misma situación un hombre quiere distancia y silencio. Un hombre vendrá a contarte el problema cuando ya lo tiene resuelto, la mujer necesita contarlo, solo por desahogo, es un hecho, no somos iguales.
Las mujeres y sus particularidades
Nosotras no somos difíciles, somos complejas, a veces somos como una cebolla que hay que deshojar, el hombre es más simple y más fácil de complacer, es más directo. Si un hombre dice “no quiero hablar”, es que de verdad no quiere hablar, en tanto que ni se te ocurra dejar a una mujer sola cuando te dice “déjame sola, no quiero hablar”.
Pareciera que está en nosotras el torpe deseo de que nos adivinen las necesidades, algo así como “quiero algo y quiero que sepas que quiero algo, y si te lo pido ya no lo quiero”, una vaina así.
Amo ser mujer, poder salir embarazada, conectar tan genuinamente, la empatía femenina es mágica. Nuestra manera de profundizar en una conversación y el permiso que casi todas nos damos de ser vulnerables y honestas cuando estamos en frente de la persona correcta, nos hace realmente maravillosas.
A el hombre le cuesta muchísimo más ser vulnerable, y tan hermosos que se ven cuando se dan el permiso de serlo.
Entre hombres, esos espacios de vulnerabilidad se toman con humor, pero pocas veces con amor y empatía, no tienen esa capacidad de conectar emocionalmente como la tenemos nosotras las mujeres.
Mujeres felices y ni tan guerreras
A mis 51 años ya no me conecto tanto con la mujer guerrera que puede sola con todo, le pusieron el nombre de “igualdad”, cuando no es otra cosa que la renuncia a la esencia femenina. Esa esencia que todas tenemos, y que se traduce en nuestra más profunda necesidad primaria: amor y protección.
Es pesado el título de “guerrera”, y no solo por las actividades que eso implica, sino por el hecho de que en ocasiones tiene la connotación de que vivimos peleadas con la vida, en una agotadora guerra muchas veces estéril, y ni cuenta nos damos.
No sé con qué te identificas más, si con la guerrera, o con la mujer sensible que reconoce que necesita o simplemente desea ayuda en la vida, pero quizás te quedes sorprendida de la paz que te produzca encontrar y abrazar a esa mujer sensible que habita dentro de ti.
El mayor regalo que nos podemos dar las mujeres, es ser libres de alma, expresarnos claramente, defender nuestras convicciones, saber qué es aceptable en nuestras vidas y qué no lo es. Poder saber y decir “esto no me funciona, no me hace feliz, no me lo merezco”, y salir de ese lugar con una sonrisa y la certeza de que estarás bien.
Feliz Día de La Mujer, seas guerrera, o seas princesa, lo hagas todo sola o pidas ayuda, seas madre o hayas elegido no serlo, seas independiente o recibas con gratitud que alguien te sostenga económicamente, tengas una profesión o un oficio que ames.
Que tengas un feliz día de la mujer y una feliz vida bajo tus propios términos, en tus propios pies y con tu propio andar.
Con amor, Thamara.
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Hay mucha madurez y sensatez en ese extracto, se siente la barrica y bouquet del buen vino, es agradable fresco y sincero.
Gracias x compartir 👍
Hola Alexander, gracias por tu hermoso y sensible comentario, percibo mucha esencia de tí en el. Has refrescado este espacio digital con cercanía y calidez. Un abrazo.