Hoy Dios me regaló un momento que pasó a ser uno de los mejores recuerdos de mi vida. Los milagros no piden permiso para suceder.
Hoy Dios me regaló un momento que pasó a ser uno de los mejores recuerdos de mi vida. Los milagros no piden permiso para suceder.
Nuestros hijos vienen a ser amados y protegidos, vienen al mundo porque así lo decidimos sus padres, no nos deben nada, y menos la vida.