Thamara López | Escritora

Tus creencias no tienen que ser ciertas, tienen que ser útiles

Creencias

Nuestras creencias no tienen que ser ciertas para los demás, deben ser útiles para nosotros. Deben ayudarnos y no anularnos, para el logro de nuestros sueños y metas.

Creo en la gente, en su honestidad y genuinidad, creo que todos son buenos hasta que me demuestren lo contrario.

Amigos y familiares me han insistido en que eso no debe ser así, que debo ser más cautelosa y precavida. Y aunque ciertamente algunos me han decepcionado, en realidad no ha sido la mayoría.

Eso me llevó a pensar en mis creencias, muchas veces muy distintas a lo común. No a lo normal, porque en realidad normal debería ser confiar, y corresponder a todo aquel que nos brinda el mayor tesoro, su lealtad y su confianza.

Sin embargo, generalmente lo normal no es lo común. Como bien lo expresó Séneca en su libro titulado Sobre La Felicidad, “La prueba de lo peor es la muchedumbre”.

No necesitas la aprobación de nadie

Mis creencias no tienen que ser ciertas, no necesito que nadie las apruebe, deben ser útiles a mis sueños, a mi propósito de vida. A todo aquello que sea importante para mi, por lo tanto no necesito probarlas o argumentarlas, son mías y deben serme útiles a mi.

Creencias

En ocasiones me he desgastado tratando de probar el porqué creo en lo que creo. He tratado de mostrar o demostrar como funcionan mis creencias, incluso he sido tan atrevida que he intentado cambiarle el pensamiento a algunos.

Especialmente si son personas cercanas e importantes para mi. Hoy ya entiendo que mis creencias pueden ser ciertas solamente para mi, y que vistas desde otros ojos pueden lucir absurdas o inválidas.

Muchas de mis creencias son muy firmes, no considero ni hipotéticamente cambiarlas, por ejemplo mi Fe en Dios. Pero sí reconozco mi disposición a cambiar otras bien sea por mi, o por amor a otros.

Por ejemplo mis razones más grandes para cambiar y mejorar en todos los aspectos de mi vida, son mis dos hijos y mi nieta Kira

Ellos tres son mi amor más puro e incondicional, y por ellos, todo.

Mis «no negociables» en la vida

Desprenderme de mis creencias y de todo aquello que considero valioso o importante, es imposible para mi cuando escribo, disfruto inmensamente recorrer el teclado con mis manos y convertir mis dedos en una extensión de mi corazón.

Salvo que escriba porque me han contratado como copywriter o ghostwriter, o que haga un reportaje de la vida de otra persona, lo que escribo es lo que soy.

Estoy amando el mundo de los concursos literarios, y estaré tan feliz cuando gane porque habré ganado con mi esencia, mi pasión, mi propósito, con todo mi ser en letras.

Creo firmemente que he encontrado en la escritura mi propósito de vida, la escritura llegó a mi vida para quedarse. 

Caminar en nuestras creencias y en nuestra pasión y propósito de vida. Es el sendero seguro hacia el logro de nuestros sueños y una vida muy feliz.

Quizás no hará más corto el proceso, ni nos va a ahorrar desafíos, pero sí lo hará mucho más disfrutable.

¿Cuales son tus creencias útiles?

Mis creencias útiles son la Fe, la actitud positiva ante la vida, no dañar a nadie, defender mi felicidad y hacerla siempre mi prioridad, estar incondicionalmente para mis hijos, y ahora para mi nieta Kira, cumplir y honrar indefectiblemente mi palabra, ser honesta y leal. 

Me atrevería a pensar que todas son ciertas, que son una verdad indudable y que nadie las cuestionaría. Pero el andar me enseña cada día que lo importante no es que los demás me den la razón de cuan ciertas son, lo realmente importante es que me funcionen a mi.

Yo construyo mis creencias, y luego mis creencias me construyen a mi, eso es algo que siempre debemos recordar.

Transitar en mis creencias me hace feliz, serme fiel a mi misma, vivir como yo creo y como yo quiero, hace feliz todo camino y todo proceso, vivir escribiendo me hace feliz, vivir amando me hace feliz, vivir confiando en la gente me hace feliz.

Porque así no me correspondan, ¿por qué habría de cambiar mi esencia y convertirme en quien no soy, solo porque unos pocos no saben apreciar lo que les doy?

Esto sin lugar a dudas es la peor traición de todas, una traición a mi misma

Define tu propio sendero, y marca tu propio ritmo para ser feliz.

6 comentarios

  1. Hola Juan, acabo de leer tu hermoso comentario, muchísimas gracias.

    Sí, ciertamente con el paso del tiempo y con suerte la llegada de la madurez, damos más valor a vivir nuestras creencias, que a defenderlas o justificarlas.

    Eso nos da felicidad y tranquilidad, que muchas veces viene siendo casi lo mismo.

    Un abrazo y gracias por leerme.

  2. Saludos y bendiciones para usted preciosa (valiosa) dama y familia.
    Al leer su publicación me sentí reflejado en varios aspectos; por mi parte defiendo mis creencias, ya con más madures y mostrando respeto a la opinión de los demás, haciendo silencio al darme cuenta de que quien me habla, no está dispuesto a respetar mi criterio propio. En los temas de DIOS si soy muy apasionado y estoy procurando ser más tolerante, jejeje. Agradezco a DIOS mi Padre y Padre de mi Señor Jesucristo, por haber coincidido con usted y poder recibir una porción de su sabiduría y talento.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Hola! ¿En qué puedo ayudarte?